El sonido nos rodea tanto como la luz. Mi exploración personal sobre los sonidos que puede producir el vidrio fundido proviene de la creación a lo largo de los años de esculturas y objetos que tenían figuras de vidrio colgando.
Estas formas geométricas me enseñaron que diferentes sonidos y vibraciones provienen de la figura, estructura y tamaños de los objetos de vidrio. Entonces decidí explorarlos.
Mis nuevas piezas se han desarrollado con la idea de un espacio hueco. Saber que el sonido es parte fundamental de la expresión del arte. He estado experimentando, con la luz, la reflexión y la música o las melodías que pueden representar para llegar al espectador como una expresión del arte cinestésico, sintiendo todos los sentidos a la vez, creando una experiencia con cada pieza.
Vidriatorium fue un proyecto que desarrollé con un grupo de investigación centrado en artistas de personas de toda América Latina, personas que fusionan cerámica y vidrio con tecnología. Esta pieza fue creada para ser exhibida en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires.