La idea inicial es que los espectadores ingresaron al salón con una vela y todas las obras estaban tapadas en un momento sonaron tambores ceremoniales y se hizo un alto en el cual se develaron todas las piezas; se trabajo con Francisco Pérez y la idea base era que los objetos lumínicos podían tener una infinidad de formas incluida la obra principal una escultura de una mujer en estado de gestación. Francisca tiene 785 piezas de vidrio plano que al ser unidas dan la forma e inclusive si el espectador cierra sus ojos puede sentir la ubicación del bebé.
Cada obra pensada no como una lampara sino como un objeto que cambia su entono por los colores usados y la forma de trabajar con el vidrio de vitral de color.